12 mayo, 2011
Por Alberto Aguayo
Technical Solutions Architect
Cisco Emerging Markets
Hace más de diez años en la industria de las telecomunicaciones se comenzó a escuchar el término “Telefonía IP”. Desde aquel momento, los beneficios principales al compararla conla Telefonía TDM o “tradicional” han resultado evidentes: reducción en costos de infraestructura, ahorro en costos de llamadas, agilidad en la administración, etc.
Aún cuando hemos visto que una gran cantidad de empresas han hecho ya la transición de TDM a IP (en el caso de México por ejemplo, de acuerdo con IDC alrededor del 25% de las extensiones telefónicas corporativas ya son basadas en tecnología IP) , existen todavía muchas otras que no han terminado de tomar esta decisión.
Una de las razones por las que las empresas van posponiendo la decisión del cambio – aún cuando el costo de mantenerse sin cambio de tecnología sea mucho mayor – se debe a la incorrecta percepción de que la migración a un sistema IP requiere forzosamente hacer un cambio total, o bien que es indispensable invertir grandes cantidades de dinero en componentes que facilitarán la transición pero que al término de la misma serán descartados.
Al elegir un sistema de comunicaciones basado en IP son muchos los factores que se deben considerar, pero, definitivamente, uno de los más importantes -por el impacto que pueden tener en la implementación- es la capacidad que nos permite de hacer la transición sin tener que ser disruptor de lo que actualmente existe. Cada empresa tiene una cultura de trabajo diferente y mientras algunas están acostumbradas a cambios de tecnología, otras tienden a ser más conservadoras. Por esto mismo, en nuestro análisis debemos buscar que la tecnología permita que el cambio se vaya dando gradualmente, ajustándose a las necesidades del negocio.
Hablando concretamente de lo que debemos buscar en una sistema para poder hacer este cambio con la menor afectación posible y minimizando (o idealmente eliminando) la necesidad de hacer inversiones en elementos “temporales”, existen múltiples interfases y protocolos que permiten la integración de plataformas de telefonía de diferentes fabricantes, y cada una de ellas permitirá una mayor o menor transparencia de funcionalidades.
Como ejemplo podemos pensar en Q.SIG que ha sido el estándar de la industria desde hace varios años. Pero existen variantes e incluso en algunos casos el habilitarlo implica licenciamiento o componentes adicionales. Un caso similar sucede cuando tomamos como alternativa de integración protocolos basados en IP como SIP. Cada fabricante puede implementar este protocolo de una manera distinta sin que eso signifique que está rompiendo las reglas, simplemente así funciona.
Entonces lo importante será asegurarse que el sistema que estamos evaluando permita adaptarse fácilmente , así como las implicaciones que esto puede tener y sobre todo si fuera necesario incorporar elementos , que éstos puedan seguir teniendo una utilidad real una vez que se haya terminado la migración.
En resumen, con el estado que guarda actualmente la tecnología podemos estar seguros de que la migración de TDM a IP no es algo a lo que debamos temerle, al contrario, es algo que debemos buscar ya que la verdadera diferencia no vendrá simplemente en el cambio de “tono de marcar en TDM por tono de marcar en IP” sino todos los servicios que se podrán implementar y que tendrán un impacto positivo en la operación de la empresa. Sólo tenemos que asegurarnos que en nuestra evaluación consideremos cual de las opciones en el mercado nos permite hacerlo de una manera más efectiva y eficiente.
Fuente: Blog Cisco Latinoamerica